Bien es conocido por todos los orgaceños de los restos del Torrejón,
construcción considerada BIEN DE INTERES CULTURAL con categoría de ZONA
ARQUEOLOGICA. Está situado a 3 kilómetros de Orgaz por el camino de Manzaneque,
se trata de una construcción de la cual solo quedan restos, recuerdo que cuando
era chaval había una entrada amplia, actualmente está tapada como muestran las
fotografías. Dejamos que nuestro maestro de ceremonias, nuestro historiador
Jesús Gómez Fernández-Cabrera, nos cuente más sobre estas ruinas:
“Existen en una loma en el camino de Manzaneque, a unos 3 Km. de Orgaz, los restos de un edificio de mampostería, del que se pueden ver sus cimientos de no más de 2 m. de altura, y hasta hace pocos años un subterráneo en su interior que actualmente está totalmente colmatado. El deterioro de estos restos es total hoy, si bien estaban visibles a finales del siglo XIX, tal como nos cuenta Moraleda: "Asegura un anciano orgaceño —que de niño visitó este torreón— haber observado desde la boca que á flor de tierra existía en el mismo, un subterráneo extenso y no de pobre carácter, que por techo tenía una bóveda de ladrillo." El Torrejón con Orgaz al fondo. Estos restos forman parte de un yacimiento que ha sido declararlo Bien de Interes Cultural, con categoría de zona arqueológica por Acuerdo de 02-12-2008, del Consejo de Gobierno de Castilla - La Mancha. En este acuerdo se puede leer: " El yacimiento está compuesto por una buena muestra de tumbas que forman una necrópolis de tipo romano bajo imperial y tardío, en donde destaca la existencia parcialmente conservada de una estructura de forma cuadrangular que se corresponde con un mausoleo (panteón de enterramiento parental), fabricada con "opus caementicium" con al menos dos metros de altura conservados, y que contiene un espacio subterráneo (cripta) casi colmatado), existiendo restos exteriores de recubrición de granito y cuarzo. Así mismo destacan en la necrópolis la existencia de otro tipo de tumbas construidas en lajas de granito bien talladas que completan el espacio necrológico. Debido a las tareas agrícolas y la remodelación de caminos han sido documentados tanto elementos inmuebles relacionados con las tumbas, como material arqueológico asociado de tipo constructivo y cerámico que avalan la existencia de estructuras infrayacentes"
sobre estas ruinas también en la imaginación de los orgaceños existe una leyenda que se llama “La Mora del Torrejón”, Jesús Gomez en su libro sobre la Villa de Orgaz recoge esta leyenda orgaceña:
“La Mora Encantada I En el término municipal de Orgaz, no lejos del ferrocarril directo de Madrid a Ciudad-Real, y sobre un pequeño morro ó cerrete al Oriente de dicha villa, se hallan algunos paredones de construcción antigua, desprendiéndose pequeños trozos de éstos a costa de esfuerzos repetidos. Nomínase por la comarca á las mencionadas ruinas El Torrejón. Asegura un anciano orgaceño —que de niño visitó este torreón— haber observado desde la boca que á flor de tierra existía en el mismo, un subterráneo extenso y no de pobre carácter, que por techo tenía una bóveda de ladrillo. De este fingido palacio, ó aquelarre, me refirió, tiempo há, el mismo anciano, las noticias siguientes, que los sencillos habitantes de los alrededores repiten, si no de artículo de fe, de cosa parecida. II Cuando los árabes se hicieron, merced á una traición, dueños de gran parte de nuestra península, trataron de posesionarse, lo primero, de las alturas de mas consideración, con objeto de construir fuertes desde los cuales pudieran resistir los embates de los cristianos. Con tal objeto construyeron el famoso Castillo de Mora, que hoy observamos sobre una encumbrada y áspera sierra. Tomó gran fama el tal castillo entre los hijos del África, tanto por su estratégica posición, cuanto por el denuedo de los habitantes del pueblo que desde entonces al parecer se denomina Mora, y que se encuentra á la falda del mismo. En ocasión de hallarse los sarracenos de aquella campiña disponiéndose á luchar con los defensores de la Cruz, la hija de un magnate moro, del citado pueblo, intentó dar un golpe decisivo á los sectarios del Islam, incluso á su padre, y de este modo vengar ultrajes recibidos por amores acendrados, entregando a los cristianos el castillo por medios de antemano convenidos. Gozaba la sarracena entre el ejército musulmán de simpatías inusitadas, por lo que se le permitía cruzar sin óbice alguno fuertes, trincheras y campamentos. Llegó el día de ejecutar su ansiado plan, y cuando próxima se encontraba á franquear las puertas del castillo, fue vista y detenida por un guardia, que la condujo á presencia de su padre. Por tan grave causa fue condenada la infeliz mora, a morir tras penosa vida, encerrada entre los muros del torreón al principio mencionado. III Los vecinos de los contornos —después de tantos años de acaecido tan extraño suceso— , cuando se asoman á la mansión donde aquella desgraciada dicen terminó su existencia, lo verifican con precauciones sin límite, en la idea de que la mora en cuestión se halla vuelta a la vida por encantamiento y evitan que desde su arruinada mazmorra les embruje sólo con su chispeante mirada.”
| entrada |
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por tu opinión y participación.